Dentro de la programación de la 37 Feria del Libro de Melilla (2024), el miércoles 19 de junio tuvo lugar la presentación del poemario “Granada City Tour. Un tren de añoranza” de la granadina, afincada en Melilla, Encarna León. El acto se desarrolló en la Sala de Conferencias del Real Club Marítimo. Acompañó a la autora el delegado de ACE-Andalucía por Melilla José María García Linares.
León, en su exposición, comentó la fuerza que tuvo el tren turístico de la ciudad granadina a la hora de construir los poemas que conforman esta obra, fue ese resorte de inspiración en los distintos momentos evocados al recorrer, en el tren, lugares de la memoria que la llevaron a su infancia, adolescencia y a otros momentos vividos en su ciudad natal.
PORQUE LA INFANCIA ES UNA PATRIA
(A PROPÓSITO DEL TREN DE AÑORANZA, DE ENCARNA LEÓN)
“Hay una brisa leve que viene como del pasado con un reborde de melancolía y otro de remembranza. Encarna León, poeta y granadina de nacimiento, se sube al tren de los recuerdos de una niñez y de una juventud ricas en vivencias, las suyas, que son unas etapas trascendentales en su modo de entender el mundo. Porque la infancia siempre es una patria y Granada es el fondo de la suya, con el olor a primavera o esa luz indefinible que lo envuelve todo cuando alcanza el otoño y el frío de las nieves se acerca. Explorar los rincones mágicos de Granada es abrir los ojos al pasado heterodoxo de una de una tierra de encuentro de culturas, despertar el apasionado recuerdo por el detalle, sumergirse en la sensorialidad a cada instante; así lo hace la poeta, que, en vez de un barco como el Odiseo homérico, escoge el ‘Granada City tour’, un tren pequeño que va cruzando despaciosamente los espacios emblemáticos asociados a la memoria. Ya lo decía Federico: Granada ama lo diminuto y aquí el paso del tiempo funciona de otra forma a la que se adapta el granadino de una forma natural porque entra dentro de su modo de entender la vida, a ritmo lento.
Como eso lo sabe nuestra autora, va con calma en los dieciséis poemas que componen la obra: se sube en la parada 9, “Catedral/Plaza de la Romanilla”, donde está la placeta de sus juegos de niña, junto al mercado de San Agustín; y, así, principia: “El tren inicia el recorrido lentamente, /mientras esboza una sonrisa de niña/esperando el regalo de recorrer /sus calles como entonces”.
Es decir, se inicia un viaje al pasado en el que se van dibujando retrospectivamente y al hilo del decorado, las peripecias de una niñez y a una juventud que conforman un paisaje vital que no es solo suyo, conste, sino que representa a una generación completa […]”
Del prólogo de la profesora Remedios Sánchez. Universidad de Granada