ANTONIO CARVAJAL (Albolote, Granada, 1943).
Nunca se ha presentado a premios, pero ostenta el Nacional de Poesía en 2012 por Un girasol flotante, el internacional Piero Bigongiari de Pistoya por Una canción más clara, el Villa de Madrid por Los pasos evocados y el de la Crítica por Testimonio de Invierno. Por elección unánime de los escritores miembros de la Asociación Colegial de Escritores de España, sección autónoma de Andalucía, ha conseguido el Premio de las Letras Andaluzas Elio Antonio de Nebrija en su decimosexta convocatoria. La fertilidad poética de Antonio Carvajal no conoce límites. En 2018, con la Fundación Jorge Guillén, ve la luz editorial Extravagante jerarquía (1968- 2017), su obra lírica desde Tigres en el jardín hasta El fuego en mi poder. Dotado de una fructífera virtualidad creativa escribe libretos para las óperas Mariana en sombras y Juana sin cielo con Alberto García Demestres y Don Diego de Granada con Héctor Eliel Márquez. Considera que quienes lo llaman barroco ni saben de lo que hablan ni lo han leído, porque lo que mantiene Antonio es un exigente diálogo con la tradición literaria, imprescindible para saber de dónde venimos y, sobre todo, hacia dónde vamos. Así sostiene, con su peculiar modo de sentir y pensar, que “tradición es recibir el legado literario de nuestra lengua para disfrutarlo, enriquecerlo en lo posible y transmitirlo a las generaciones venideras; lo otro es cochambre”.
