JOSÉ GANIVET ZARCOS PUBLICA “SIEMPRE VENCE LA VIDA”

Con este nuevo poemario, José Ganivet Zarcos nos explica lo que la vida es para él: besar y ser besado, leer en voz alta los versos de Lorca, de Machado, de San Juan de la Cruz. También sentirse libre como el viento que mueve la vela de una barca, madrugar al alba para contemplar las calles repletas de chiquillos que intrépidos arrastran mochilas y bufandas. Ver a maestros, obreros y criadas acudir en silencio a su cita diaria con el trabajo. Y escuchar, con su timbre de bronce, la campana de una iglesia.

En contraposición, la muerte sería la tristeza de las despedidas, el silencio imponente de la nada, las penas que pervierten y malean la vida, las prisas que amordazan las palabras y abortan los encuentros, la presencia de aquellos que atraen las tormentas y que no saben de paz ni de ternura.

También que todas las estrellas nos quepan en el puño de una mano o que las rosas nos huelan a crisantemos.

El poemario está introducido por un prólogo firmado por Manuel Ganivet, hermano del autor, al que pertenecen los dos párrafos anteriores y está dividido – el poemario- en tres partes precedidas por una estrofa extraída del libro Lo más jondo, del mismo autor. La primera parte consta de dieciocho poemas y las dos restantes de diecisiete.

Abundan los heptasílabos, octosílabos y endecasílabos. Las estrofas, en su mayoría de versos rimados, casi siempre responden al canon clásico: seguidíllas, romances, sonetos, etc. También la tristeza ante las tragedias y las injusticias que degradan la vida de los hombres y, como en todos sus poemarios anteriores, el deseo de:

Abrazarse a la música y al llanto, al pasado feliz de vino y rosas,

a los días insípidos o amargos, a la risa radiante o pudorosa…

Y crecer, y avanzar, y sin quejarse, al final del otoño, como el grano, abrazarse a la tierra y entregarle el aliento que ella te ha prestado.

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