Antonio Hernández, nacido en 1943 en Arcos de la Frontera (ciudad de la que era Hijo Predilecto) y fallecido el pasado sábado, siete de septiembre, en Cádiz es ampliamente reconocido como poeta, narrador y ensayista; pero ha sido también una figura destacada en el trabajo por la mejora de las condiciones económicas y sociales de los profesionales de la cultura.
La Asociación Colegial de Escritores expresa sus condolencias a su esposa, Mari Luz, a sus hijos y al resto de su familia, así como a tantos amigos y admiradores de quien ha sido un ejemplo tanto por sus enormes logros literarios como por su continuado compromiso cívico. Su labor poética y narrativa a lo largo de más de medio siglo contó con galardones de tanto relieve como el Premio Nacional de Poesía 2014 por Nueva York después de la muerto, y en dos ocasiones con el Premio Nacional de la Crítica en la modalidad de poesía: una por el libro citado y otra por Sagrada forma. Por el conjunto de su obra fue reconocido en 2013 con el Premio de las Letras Andaluzas que concede la sección autónoma de Andalucía de ACE y con el Premio Nacional de las Letras “Teresa de Ávila” de Ayuntamiento de Ávila en 2020.
ANTONIO HERNÁNDEZ, fundó la Asociación Andaluza de Críticos Literarios, que presidió durante doce años, de la que era Presidente de Honor; ha sido Patrono de Honor de la Fundación Siglo Futuro de Guadalajara, Ateneísta de Honor de la Federación de Ateneos de Andalucía, Socio de Honor de la Asociación de Amigos de Miguel Hernández, y formó parte igualmente de la juntas directivas de CEDRO y de la propia ACE. Periodista poliédrico (ha publicado más de dos mil artículos de opinión en la prensa de ámbito nacional); comprometido crítico literario en volúmenes como La poética del 50, una promoción desheredada o Picasso y Apollinaire, Los mercaderes de aleluya; narrador de intensa raigambre andaluza y de alta temperatura meditativa en novelas como Nana para dormir francesas, Sangrefría, Raigosa ha muerto o ¡Viva el rey!; son, sin embargo, la mirada poética, el pulso y el ritmo de la metáfora controlada y exacta y el respeto casi sagrado por las palabras, los que vertebran la totalidad de su obra. Desde la publicación de su primer libro de poemas, El mar es una tarde con campanas (1965), hasta Habitación en Arcos (1997) o Viento variable (2016), Antonio Hernández ha publicado más de una veintena de libros de poemas.