POEMAS DE UN PASADO IMPERFECTO O CÓMO ESCRIBIR UN POEMA CON UN LÁPIZ DE OJOS EN EL ESPEJO DE UN BAÑO

 RAMÓN MARTÍNEZ LÓPEZ

POEMAS DE UN PASADO IMPERFECTO FRANCISCO JAVIER FERNÁNDEZ ESPINOSA POESÍA – INSTITUTO DE ESTUDIOS ALMERIENSES (ALMERÍA)

Francisco Javier Fernández Espinosa se reinventa en este último y rotundo poemario. Y es que Poemas de un pasado imperfecto, editado en 2020 por el Instituto de Estudios Almerienses, no deja de sorprendernos, incluso antes de comenzar su lectura.

Ya el título nos resulta sugerente por su ambigüedad espacio-temporal y por lo sugestivo de la resonancia simbólica implícita en el mismo.

Tampoco son baladíes los dos poetas que toma como marco referencial y que nos sirven de preludio a la estructura tripartita[1] de este pasado poemático imperfecto.

Así, Francisco Domene nos recuerda la necesidad de pagar el hospedaje con la vida, al tiempo que Celaya nos sumerge en la revolución del amor declarado. Para acto seguido ver cómo el mundo se desmorona mientras nosotros nos enamoramos, en esa clara referencia a Casablanca del poema introductorio Demasiados bares.

Aquí los coches pueden atravesar la noche como bacterias propagadoras de nostalgia, las canciones suenan en bucle iniciando nuevas religiones, eso sí deconstruidas, y en los bares un hombre solo renace a la fe del daltónico convencido.

De este modo, la verdad nos encuentra con los huesos cansados, sin patria, y buscando atajos que nos lleven al final del camino.

En este universo la lluvia duele, los lunes son un desafío, el mar inunda los ojos, las sillas están vacías y no hay versos para nadie.

Qué importa lo que dura un día, qué más da lo que dura un año. Gracias a la poesía inventaremos nuevas unidades de tiempo, cuya única medida, el amor, nos hará que florezcamos.

Así es el mundo poético de Fernández Espinosa, ajeno a las distancias y al olvido y, a la vez, inmerso en un invierno sin remedio donde los taxis, como los hombres, circulan desorientados.

Cada verso es un mensaje, la primera noticia que nos llega del mundo.

Sí, cada verso puede ser portador del aroma del café, de la música que se desnuda silenciosa o de la ansiada victoria tras largo tiempo de asedio.

Quizás sea la hora de la huida. Quizás haya que reinventar lo sagrado. Tal vez debamos buscar un lugar en el mundo, ahora que estos versos nos han hecho descubrir que ya no estamos en un simulacro.

Yo, Francisco Javier Fernández Espinosa, he visto tu mensaje escrito con el lápiz de ojos en el espejo del baño. El destino nos ha elegido para contarlo.


[1] Poemas de un pasado imperfecto se compone de tres partes claramente diferenciadas: Parte I (Ausencia de Baria), Parte II (Poemas de Lluvia) y Parte III (Cenicienta).

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