HISTORIAS DEL HAMÁN

Por José Sarria

Meshi shughlek (No es asunto tuyo)

Alberto Mrteh

Huerga y Fierro (Madrid, 2021)

Meshi shughlek (No es asunto tuyo) es la primera novela que publica Alberto Mrteh, un español a quien la pasión por Marruecos le hizo instalarse en el país vecino. Un texto que desgrana la cotidianidad del Marruecos que vive y pervive en el interior de los hamanes y que Alberto conoce a la perfección, como casi todo lo que ocurre en el territorio alauí.

El hamán es un lugar donde el agua transforma los sentidos. No hay que olvidar que, junto a la mezquita y el zoco, constituía el basamento de las ciudades antiguas, transformándose en ónfalo de la vida social, conciliábulo de intrigas, centro de grandes negocios o espacio para la inspiración de los poetas.

La narración comienza y termina en el hamán, allí donde sus atemperadas aguas metaforizan la fundante vida que se desliza por sus cauces. Es aquí, donde al comienzo de la narración, un anciano casi ciego y embargado por la nostalgia, le ha pedido que le relate cuanto ve, añorando la algarabía de colores y tonalidades que su ojos ya no podrán apreciar. La encomienda, echa por el viejo de barba blanca y chilaba oscura, servirá para que Sidi Alberto anote durante un año todas las vicisitudes que acontecerán en el interior de los hamanes de Kenitra, Sidi Yhia El Gharb, Mulay Idris, Fes, Shauen, Tánger o Mulay Yakub. Cincuenta y dos visitas que recrean, con detalle de taxidermista, el mundo escénico, frutal, mágico que se desarrolla a lo largo del viaje. Y esta es la maravilla, la magia, tal y como declaró el poeta griego Constantino Cavafis: “Cuando emprendas tu viaje hacia Ítaca / debes rogar que el viaje sea largo, / lleno de peripecias, lleno de experiencias  …/… Pide que tu camino sea largo …/… Ítaca te ha concedido ya un hermoso viaje”.

“Me siento y disfruto contemplando a las distintas gentes del hamán, observando cómo se comportan, imaginando sus vidas”, porque esa es la esencia de la novela: contar, soñar, recrear el firmamento del baño público, establecer su propio universo, el mundo imaginario que brota a través de la verdadera literatura, y desde ella, hablar de la contradicción que todos llevamos dentro.

Y es esto, lo que le ha pedido el anciano y es lo que va a encontrar el lector a través de las páginas de esta verdadera novela. En el último baño, el abuelo recoge las notas que Alberto ha ido escribiendo en estos meses, mientras se concitan junto a él Mohamed, Yunes, Mehdi, el pequeño Adan, Murad, Munir, Zakaria, que juega con su abuelo, las sonoras risas de Abdela, Azdin que está solo en un rincón o Imad, que le agradece que los haya invitado y eternizado, formando parte indisoluble de su vida. “Ana farhan deba”, responde Alberto, mientras lleva su mano derecha al corazón.

Según el dicho marroquí, no se sale del hamán siendo igual que al entrar, y esto mismo le ocurrirá a quien entre en las sugerentes páginas de la novela de Alberto Mrteh. 

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