Por Encarnación Sánchez Arenas.
Miriam Reyes (Orense, 29 de diciembre de 1974) es una poeta, videocreadora y traductora española. Desde la publicación de su primer poemario, en el año 2001, experimenta con la escritura audiovisual y el recital multimedia.
Entre sus poemarios tenemos Espejo negro (2001), Bella Durmiente (2004), Desalojos (2008), Yo, interior, cuerpo (2013), Haz lo que te digo (2015), Prensado en frío (2016), Sardiña (2018).
En sus primeros poemarios podemos advertir que tanto en la primera parte de Espejo negro (2001) como en la de Bella durmiente (2004) la voz lírica reconstruye su propia intrahistoria familiar. El fallido modelo conyugal de los progenitores es uno de los principales motivos por los que la voz lírica de Reyes se niega a perpetuar la institución familiar, como ejemplifica el poema “Mi padre enfermo de sueños” de Espejo negro […]. En definitiva, y como demostraremos a continuación, el personaje ficcional de Reyes reacciona contra el patrón de mujer normativo, al cual se niega a imitar. Para ilustrar el viaje desde el origen de la voz lírica hasta su presente, nos detendremos en la primera parte de Bella durmiente (2004), titulada “Parto”. En esta sección, compuesta por ocho poemas, se reflexiona sobre la maternidad a partir del rol de hija (Díaz de Castro, 2015: 102). Lejos de mostrar una imagen edulcorada de este vínculo, la poeta rememora su complicada relación materno-filial y ya el primer poema expresa el trauma que le causó venir al mundo, como indica Carmen Medina Puerta en “El tema de la maternidad en las poetas españolas actuales: Miriam Reyes, Érika Martínez, Raquel Lanseros y Julieta Valero”, Artifara 20.2 (2020) Monográfico, pp. 183-204.
Miriam Reyes trabajará una poética vinculada a la declaración de sus experiencias vividas en el que se siente sujeto erótico, que sufre y hace sufrir, rodeado de toxicidad (“Amo a este hombre misógino”, Espejo negro, 2001), de masculinidad tóxica (“Inmóvil, Espejo negro, 2001), incluso de la representación de los abusos en la infancia (“Antes de que te lo enseñen por ahí”, Bella durmiente, 2004). Es una poesía a la vez fresca, novedosa, actual, en la que ya aparecen elementos como los métodos anticonceptivos (“Tengo un asesino en mi brazo izquierdo”, Espejo negro, 2001). El cuerpo femenino será parte indispensable en la construcción de la identidad de Miriam Reyes, es su propia casa (“Mi hábitat no va más allá de mi propio vestido”, Espejo negro, 2001), o metáfora de muchas de sus vivencias. Asimismo, podemos destacar el vientre de la mujer como clave en su obra poética para reflejar su relación hostil con el proceso de ser madre (“Mi vientre está seco y vacío”, Espejo negro, 2001) o, por otro lado, los recuerdos de la figura de la madre (“Mamá y yo”, Bella durmiente, 2004), como apunta Nerea Aguilar Aguilar en El sujeto erótico y el cuerpo en la poesía de Miriam Reyes, Julieta Valero, Erika Martínez y Raquel Lanseros (2023) e-spacio.uned.es.
PUBLICADO EN EL DIARIO JAÉN EL 20-04-2024.