Por Encarnación Sánchez Arenas.    

Tina Escaja  (Zamora, 1965), también conocida como Alm@ Pérez, es escritora, crítica literaria y artista digital española con nacionalidad estadounidense.

         Entre sus poemarios tenemos La odisea marina de María Traviesa (2017), Manual destructivista (2016), Caída libre (2015),  Respiración mecánica (2014), 13 Lunas 13 (2011),  Código de barras (2007), Caída Libre (2004) y Respiración mecánica (2001).

         Desde su vasta producción artística, donde una vez se pensó como alguien distinto que se enfrenta por vez primera a una pantalla negra y un cursor blanco parpadeante, Tina Escaja —o Alm@ Pérez, ambas— nombra un mundo conocido mediante un lenguaje inexplorado, aséptico en ocasiones y multimodal casi siempre. Pionera en literatura electrónica en español, Tina Escaja ha recibido numerosos premios internacionales.

         Como vemos, acomoda  el movimiento destructivista en la historia de la literatura española. Esta neovanguardia, que tiene como objetivo destronar el canon literario tal y como lo conocemos, no reniega de ser parte, al tiempo, de otros movimientos ideológicos rompedores e inconformistas como el feminismo o el ciberfeminismo. En su poemario Manual destructivista , la lectura del poema «Impresiones de un lunes 13 en Santiago centro» tras haber asistido a una de las performances colectivas destructivistas de la autora, provocará en el lector un efecto catártico al reconocer al fin el objeto que compra por 100 pesos en los primeros versos: “¿A cuánto el metro de peligro? / A 100 pesos / Póngame tres”/, como indica Azahara Sánchez-Martínez en Castilla. Estudios de literatura, 14 (2023).

         Caída libre es ya un poemario que transmite la primera cualidad de la obra de Escaja: intensidad en la energía. Aquí se poetiza un embarazo, un parto y el tiempo posterior a ellos. La expresión de Escaja va desde el reconocimiento de la mujer como ente creador de vida hasta la alucinación de aceptar la completa fusión de madre e hija: /Y fui aún más que dios, gestante / creadora/ de un cuerpo fiel a mi fluir y seno/ en este fin del tiempo. / De mi palabra, tu nombre / el de la hija que amamanta el seno dios ./ Mi nombre / y no Yahvé./.

         En defensa de la libertad de la mujer se encuadra su poemario, 13 Lunas 13 (2011). Pero no es sólo eso, sino una reivindicación de lo femenino como centro cósmico, que ha sido privado de su posición. Así, la luna es una diosa, y Escaja conoce todos sus nombres, de diversas culturas, que cita en el poema titulado “Elegía a la luna madre,” como si el llamarse convirtiera en conjuro de recuperación histórica frente a las religiones monoteístas patriarcales. Porque ese “llamar” es “enunciar,” como vemos en “Nombrar el cosmos”: Las chicas buenas no hacen historia,/ las malas/ nombran, obturan, circunnavegan,/ señalan con el dedo y se lo meten en la nariz,/ a ver qué encuentran./ […] / Prefiero/ Como la Fuertes/ no ser modosa,/ obediente, pacata, Virgen,/ y enunciar/, como expone Pedro Larrea en Cuadernos de ALDEEU.

(PUBLICADO EN EL DIARIO JAÉN EL 26-12-2023)

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