CON EL POETA MARTÍN LORENZO PAREDES APARICIO

Por Encarnación Sánchez Arenas

Martín Lorenzo Paredes Aparicio, Licenciado en Derecho por la Universidad de Jaén. Ha publicado en  revistas digitales y en la Antología poética y de relatos cortos editada por la Asociación Cultural Círculo Ánimas.

Entre sus poemarios, Versos de vida y alma (2016), La voz de los callados (2018), Siete cruces y un Nazareno (2019), Nana a una madre (2019). También publicó su libro Cuentos y crónicas del lagarto de Jaén en la editorial Amaniel. En noviembre de 2016 obtuvo el primer premio de Poesía Cofrade, organizado por Diario Jaén, y en mayo de 2020 obtuvo el primer premio de Expresión Artística Comparte la Primavera, organizado por el Ayuntamiento de Jaén.

La poesía tiene una misión más allá de los sentidos, más allá de la intención que el autor quiere expresar con La voz de los callados. El lector de la poesía de Martín Paredes se ve inmerso en un camino donde divisa claramente unos paisajes perfilados y reconocibles. Con un lenguaje directo y sencillo, sin ser contrario a la elegancia. El fin primordial de la poesía es apreciar lo que no somos capaces de ver. El poeta realiza auténticos malabares con el tiempo, apremiándonos a veces con prisa y otras veces nos detiene en seco. En definitiva, el autor nos ofrece su voz y su palabra para mirar la realidad y escuchar a aquellas personas, para conectar con sus emociones y sentimientos.     

Con Siete cruces y un nazareno, una cruz preside su Jaén, reflejada en cada uno de sus templos, como una antorcha de luz que aclara la oscuridad del dolor de una ciudad por ver a Jesús cargando con nuestras culpas. Así es como Martín Paredes ve su Semana Santa, la de sus antepasados, más íntima, más pura, más acorde al verdadero misterio de la Cruz.  El lector se verá inmerso en el paso de la muerte a la vida, del dolor al amor y descubrirá en Siete cruces y un Nazareno la esencia y el sentimiento de una ciudad de Semana Santa. Misericordia, Clemencia, Humildad, Buena Muerte, Vera Cruz, Expiración, Calvario y Jesús de los Descalzos, devociones de un pueblo entero: /La sangre mancillada se derrama./ La noche de claveles se marchita./ Jesús de pasión tan infinita./ Tu cáliz es la vida que nos ama./.          

Nana a una madre, acuna el amor más libre y entregado a una mujer, en una vorágine de sentimientos, describiéndonos la intimidad y haciendo partícipe al lector/a de contemplar desde los primeros años de una relación hasta el descubrimiento mutuo e íntimo, culminando en el fruto de una hija, Julia, como máximo exponente que trasciende el amor de ambos. La irrupción milagrosa de la soledad, el ser tácito y tímido que cae enamorado, la incredulidad de un amor correspondido y el miedo a perderlo más y más. El poeta queda absorto tras sus sentimientos y combina su visión con lo que sucede día tras día desde que ambos son uno: /Y, entonces cuando la noche se desclava/ de una antigua catedral, la campana sueña con/ pétalos de rosa, sonidos que configuran/ una antigua armonía celestial/.

(PUBLICADO EN EL DIARIO JAÉN EL 31-07-2021)

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