Una vez establecido el concepto, Morales Prado, enumera y explica en el estudio que introduce a Poesía experimental española (1963-2004), los diferentes tipos de poesía que a lo largo de estas décadas, y dependiendo de los materiales y del punto de vista utilizado, se han ido sucediendo. Este tipo de poesía forma parte de la propia historia de la lírica y de su evolución a lo largo del tiempo. Surgen así, por ejemplo, conceptos como el «Letrismo» de Isidore Isou, en realidad, una conjugación caótica de letras parecidas y utiliza esas letras en su dimensión plástica; la «Poesía concreta», cuando la palabra se emancipa de la frase y se comporta libremente en el espacio de la página en blanco; la «Poesía Semiótica (o icónico-verbal), nombrada por primera vez por el lingüista Saussure en sus investigaciones lingüísticas; el «Poema objeto» que dota de una dimensión simbólica o metafísica a un objeto o conjunción de objetos tomados de la vida cotidiana, el «Poema acción» o denominado perfomance, establecido en 1957 por Guy Debord. Su influencia fue notoria en la revolución del Mayo del 68 francés; para ellos el poema-acción consiste en una actuación, espontánea, a la que se le supone un impacto poético sobre la realidad; el «Poema Propuesta» donde cada receptor tendrá que montar su propia versión, o las últimas incorporaciones, en las últimas décadas, el «Videopoema» que utiliza elementos aportados del cine y la «Poesía cibernética» que incorpora a la creación del poema visual y sonoro todas las posibilidades ofrecidas por la informática e internet.
La historia sobre ese concepto de integración entre el texto y las imágenes o elementos icónicos, se remonta —según Morales Prado y siguiendo a Rafael de Cózar en su interesante libro Poesía e imagen (1991)— a la Grecia y la Roma clásicas y se reitera a lo largo de toda la antigüedad, desde la Edad Media, pasando por el Renacimiento y los siglos XVIII y XIX, con una abundante reproducción de caligramas y laberintos como preludio a lo que, iniciado el siglo XX, se concretaría en las vanguardias, el movimiento más interesante que bien merece un capítulo aparte por la importancia que tiene hasta el presente.