AUTORA:
INMACULADA GARCÍA HARO
SINOPSIS
La historia del arte y la literatura, al igual que el resto de especialidades historiográficas, se fraguó en el siglo XIX, una de las épocas más reaccionarias para los derechos de la mujer, fundamentada en la moral cristiano burguesa que se implantó con la codificación napoleónica basada en el democratismo rouseauniano excluyente. Su desarrollo se centra en la esencial importancia del núcleo familiar y en la institución del matrimonio y, por lo tanto, en la “pureza” de la mujer y su ausencia de cualquier actividad pública. De este modo, desde sus inicios, la historia del arte y la literatura, excluyó a las mujeres. La consecuencia más inmediata ha sido la creación de un canon exclusivamente masculino que ha perdurado hasta nuestros días invisibilizando su obra. Con anterioridad el malditismo femenino implantado por las religiones del libro (judaica, cristiana y musulmana) fueron el caldo de cultivo que favoreció esa situación en el ámbito de una sociedad androcéntrica.
Sin embargo, la presencia femenina en el mundo de la creación no fue tan escasa y eso es lo que intentaremos demostrar en este estudio. En los scriptorias de los monasterios medievales, en los talleres de pintura del renacimiento, en sus propias habitaciones o desde las salas de los conventos, las mujeres crearon y, algunas, tuvieron fama y reconocimiento entre sus coetáneos, todo ello a pesar de los condicionamientos socioculturales en los que se desarrollaron como personas inferiores y malditas.
Las últimas investigaciones vienen desarrollando cada vez con mayor precisión que las pinturas rupestres pudieron ser realizadas por mujeres y que la primera persona identificada documentalmente como escritora es Enheduanna, (Imperio acadio -s. XXII A. C.), autora, entre otras, de la obra Exaltación de Inanna, anterior al “Poema de Gilgamesst” que, hasta hace poco, se entendía como la primera narración literaria, lugar que la coloca como la primera escritora de la historia.